miércoles, 6 de octubre de 2021

El Ulises de Joyce y mi incapacidad para leer y/o escribir.

                                                                         




¿Por qué querría dedicarme a escribir sobre uno de los libros más crípticos del siglo XX? Porque me devolvió el amor a la lectura. Desde mi pequeño cubículo en el mar del servicio al cliente, redescubrí que la forma más efectiva para poder escapar a otros mundos es la lectura, cuando no puedes ver YouTube o Facebook, y sólo quedas tu y tu pequeño rincón con la computadora, no se puede hacer otra cosa que dibujar mandalas o descubrir qué cosas quería decir Nietzche, yo me decidí por lo más difícil. 

  Trabajos sobre el Ulises de Joyce hay muchos. Algunas personas dicen que leerlo no es un acto más que de presunción o elitismo, yo más bien creo que es una experiencia sensorial, y un paso lógico en mi camino como lector y escritor. Tuve realmente buenos maestros, Tori Amos me enseñó a que las cosas en la escritura no se dan en bandeja de plata, tenemos que confiar que el empeño que el lector pone no sólo traerá como beneficio el pensar y analizar conciensudamente, también nos enseña el momento en el que estamos en esta vida. Kate Bush tomó el monólogo del  capítulo final y puso a descubierto la sensualidad y sexualidad de este pasaje.

   La sinopsis es simple, es la historia de las acciones y pensamientos que un hombre tiene en un día. El "Homero Simpson" de hace años y las cosas banales que realiza. La joya aquí recide en que más que las acciones, la relevancia está en los pensamientos de cada personaje. Un joven artista estancado en el magisterio quiere volar, la esposa de este hombre prototípico sólo quiere sentir lo que ya no siente con su marido y  busca en otro hombre esa chispa que perdió con su esposo. 

Tengo que decir un par de cosas: primero, lei una traducción al español, lo que nos deja lo que en inglés se llama lost in translation. segundo, fue demasiado demandante, la edición que le tenía la letra del tamaño de la hormiga más chica que se les ocurra, a mis casi cuarenta años ya perdí mucha visión. 

Pero lo que me gustaría recalcar más es la fomra en la que este libro despertó algo que se había dormido en mí. YouTube me absorbió desde hace diez años y poco hacía por leer o escribir. Al momento de leer el Ulises algo regresó, regresó mi habilidad para gozar de las descripciones y recrear lugares que no conozco gracias a mi imaginación. El hecho de leer estas obras tiene mucho que ver con la erudición, pero como simple lector, es increible esa sensación de poder leer los pensamientos de las personas. Creo que el valor de esta obra radica en la forma en que nos imaginamos cómo el el pensamiento de la gente. 

Todo trabajo está sujeto a la interpretación subjetiva, esta no es la excepcióm, pero si quieres pasar momentos de sensaciones y percepciones únicas, leete este librito.